Desde el 18 de septiembre hasta finales de diciembre de 2020, tuvo lugar la 15ª edición de la exposición internacional y el concurso de carteles sobre los temas de la conservación de la naturaleza y el medio ambiente, EKOPLAGÁT (Eslovaquia). En el marco del evento, de entre los 217 carteles participantes, pertenecientes a 107 autores, el público podía votar para elegir el cartel más bello.
Nos regocija anunciar que la alegría de recibir el premio del público le tocó a un diseñador cubano, Javi Borbolla, cuyo cartel «Gota de vida» recibió 114 votos, del total de 408 votos que se recibieron en total.
Gota de vida
Lleno de poesía y amor, «Gota de vida» es sin dudas un bello cartel. Sobre un fondo verde profundo en el cual flotan las siluetas oscuras de hojas de contornos dentados, una destaca por su vibrante color. Contrariamente a lo que pudiera pensarse según su tratamiento gráfico, no es esta hoja -que ocupa el primer plano y gran parte del formato-, el elemento central del mensaje, sino una pequeña gota que se ha quedado varada en su extremo, en la cual se dibuja el perfil de un feto humano.
La carga simbólica de esta metáfora -comunicada sin embargo con gran sutileza-, jugó sin dudas un rol importante en el hecho de que este cartel se haya convertido en el favorito de la selección del público de la Trienal. Otro ingrediente de innegable atractivo es el tratamiento del color, muy llamativo, basado en la estrategia de los complementarios divididos, que consiste en combinar un color y los adyacentes al color complementario -en este caso en un extremo de la circunferencia cromática se encontraría el rojo, y en el otro, un verde más oscuro (fondo) y un verde más claro (verde brillante en el centro de la hoja) que el complementario exacto, que se encuentra diametralmente opuesto al rojo seleccionado-.
Tono apacible para un mensaje urgente
Cabe señalar que el tono sosegado y la atmósfera reinante de quietud no impiden captar el carácter urgente del reclamo -ecológico y humano- que Javi Borbolla emite a través de la delicadeza de la gota y la fragilidad de su contenido, acentuadas por la posición en la que se encuentran, de donde podrían resbalar al más mínimo movimiento de la hoja. Tampoco está de más decir que se necesita cierto coraje para ubicar el elemento portador de sentido -que además es de tamaño muy reducido-, en una zona que recibe tan poca atención, justo en la parte opuesta a la esquina superior derecha, que, como saben los especialistas de la creación visual, es donde tiende a concentrarse la mirada del observador.
Javi Borbolla es uno de los más dinámicos exponentes de la nueva generación de cartelistas cubanos. Sin embargo, en lugar de inspirarse del diseño para impresión serigráfica, tradición que marca el ADN de la gráfica cubana contemporánea, en esta ocasión el diseñador apostó por la ilustración digital. Quizás porque fue esta técnica la que le permitió expresar plenamente la complejidad de su obra. Es posible que la serigrafía no bastara para transmitir las tantas lecturas y sensaciones secundarias que de ella se desprenden, por ejemplo, para crear a través de los degradados, los efectos de transparencia y contraluz, ese ambiente de intimidad casi anatómica que nos hace flotar como en el interior de un cuerpo, y sentirnos como ese feto que aún ignora todo del mundo.
Reiteramos nuestras felicitaciones a Javi Borbolla, no sólo por este logro, sino por todos los que ha venido acumulando en los últimos tiempos, y a los cuales dedicaremos un espacio más adelante. ¡Felicidades y que continúen los éxitos!