No, no vamos a hablar sobre discriminación positiva. Hoy los invitamos simplemente a un nuevo encuentro para admirar algunos carteles cubanos, como siempre desde una perspectiva particular.

Nos impusimos como criterio para esta selección la utilización del negro como único «color». En lo que a diversidad cromáticas de refiere, decidimos reducir al máximo los recursos expresivos. ¡Pero no la expresividad! Porque, ¿quién puede afirmar que una pieza en colores es más expresiva que una en blanco y negro?

La selección incluye obras de diseñadores cubanos de hoy, pero también obras de figuras clásicas de la cartelística cubana como Alfredo Rostgaard o Ñiko.

Lo que nos proponemos con esta selección es justamente demostrar que el negro puede ser más expresivo que el color, y que muchas veces la soltura de los trazos, la extravagancia de las formas o la astucia de la idea resultan suficientes. ¿O no?

Santo Domingo: 1965. Alfredo Rostgaard.
El Gran Golpe. Antonio Pérez (Ñiko). 1973.
La gente se divierte. René Azcuy. 1969.
La ciudad negra. René Azcuy. 1974. ICAIC. Serigrafía.
Cartel de Jorge Luis Ortiz Abstengo para el documental Quién Dominó (2003). Muestra Joven. ICAIC.
El pequeño dictador. Pepe Menéndez. 2011.
El flaco y el gordo. Cartel de Edel Rodríguez (Mola) para la obra de Virgilio Piñera.
Cartel Cuba Libre de Pepe Menéndez. 2015.
80 años Guernica. Erick Ginard. 2017. Via Proyecto CartelON.
80 años Guernica. Erick Ginard. 2017. Via Proyecto CartelON.
Cartel Fronteras. Annick Woungly. 2018. Mención Honorífica en el Festival Internacional de la Imagen (FINI) de México).
Campeonas invisibles. Cartel de Arístides Rosell y Agustín García Caballero.
Aquí jamás estuvo Hemingway. Gerardo Lebredo.
Cartel de Darwin Fornés como parte de la exposición Cantus Machina (México, 2019), homenaje a Paul Klee e inspirado en su poema “Mi Estrella”.
Cartel de Miguel Monck. Cocina de ida y vuelta.
Cartel de Monck, inspirada en la canción «Oración Caribe», de Jorge Drexler y Natalia Lafourcade. «Canto de los negros, canción del mar, piedad para el que sufre y llora, un poco de calor para nuestras vidas, y un poco de luz en nuestra aurora».
La Fábrica de Arte. Edel Rodríguez (Mola). Fuente: Red Ink.

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