«Diseñadores cubanos por el mundo» se hace eco de las inquietudes y reflexiones de la diseñadora cubana Aliana Sánchez Garteiz sobre la calidad de los productos digitales en el mercado cubano actual, y la situación de la especialidad experiencia de usuario o UX en la enseñanza del diseño en Cuba. Como bien señala Aliana, la crítica genera debate y el debate es desarrollo. Así que con gusto compartimos con nuestros lectores las de ella -publicadas inicialmente en la plataforma Medium.com-, pertinentes y constructivas para aquel que esté verdaderamente dispuesto a mejorar.


Ux está verde en Cuba, ¿quién tiene la fórmula para madurarla?

Por Aliana Sánchez Garteiz

Desde hace meses llevo debatiendo sobre esto con mis compañeros de profesión y siento que de alguna manera tengo que quitarme esta espinita que llevo dentro, así que los que ya me conocen se reirán al leer esto, pero es lo que tiene internet que permite exponer al mundo las opiniones (aunque luego lo lean cuatro gatos).

Hace alrededor de un año el acceso a internet sorprendió gratamente a los cubanos (más allá de los precios). El poder tener toda la información del mundo al alcance de las manos, claramente abrió los ojos a muchos sobre infinitas posibilidades, aun cuando algunos todavía piensan que conectarse a internet es navegar en Facebook.

Incluso años antes ya habían surgidos ejemplos de productos digitales en la isla, algunos que se posicionaron en el mercado y otros que lamentablemente fueron carne de olvido. La mayoría de estos productos fueron «diseñados» y desarrollados por egresados de carreras como ingeniería informática o computación. Claramente la tecnología va a millón y ellos supieron unirse a ese ritmo. ¿Pero qué pasa con la «súper innovadora» carrera de diseño en Cuba? ¿Qué pasa con los todopoderosos diseñadores?


Antes de seguir para los que no me conocen soy graduada de Diseño de Comunicación Visual del Instituto Superior de Diseño (ISDi) y mi cariño por la escuela que me formó es precisamente lo que me hace reflexionar sobre este tema.


Como les comentaba la mayoría de los productos, o mal llamados en algunos casos «startups«, que han surgido en Cuba, han sido creados por programadores, es cierto que tienen la capacidad de hacerlas funcionar y supuestamente el cubano se adapta a cualquier cosa, y también es cierto que los estándares de calidad en este momento en el mercado cubano son bajos, pero tampoco hay una respuesta visible por parte de los diseñadores que muestre intenciones de incluirse en este proceso de creación, un proceso de innovación totalmente común para esta especialidad del diseño en todas partes del mundo. ¿Pero hasta cuándo va a seguir esa situación? ¿Por qué la experiencia de usuario en Cuba es un tema casi desconocido? ¿Por qué los diseñadores siguen dando de lado a esta especialidad y no se motivan por estudiarla y ejercerla?

Conversando con mis compañeros al respecto me he percatado que en el diseño pasa lo mismo que en la mayoría de las esferas del país, el estar arraigado a la historia y la adoración ciega a los más antiguos en la profesión son un mal que afecta y frena la renovación que debería ocurrir no solo en UX sino en todas las esferas del diseño. Y que conste que soy partidaria de rescatar tradiciones y aprender de todo lo que antecede, además considero de suma importancia aprender de los que ya han transitado el camino, pero lo que sucede es que ni es el mismo camino ni nosotros somos las mismas personas. En lugar de crear autómatas hay que crear diseñadores con criterio y tolerancia, que se cuestionen lo que está establecido y encuentren mejores soluciones.

Como dice uno de mis alumnos: “Dejemos ya de pensar que el cartel cubano se quedó en el cartel serigráfico de cine”

Hay muchos jóvenes graduados del ISDi que han salido con hambre de crear, pero crear de verdad, rompiendo las reglas esquemáticas de una academia que debe renovarse.

Y si eso es hablando de algo tan tradicional en Cuba como la cartelística, para qué hablarles de la experiencia de usuario, esas palabras se han escuchado poco en las aulas del ISDi.

Y teniendo en cuenta que es una de las especialidades del diseño más demandadas a nivel mundial es para preocuparse que los estudiantes ni siquiera conozcan qué significa.

Tomado de Global Design Survey 2019 de Dribbble


Muchos son los ejemplos que podría contarles sobre mi incomodidad al respecto, pero el mejor sin dudas es que en la última bienal de diseño celebrada hace apenas unos meses, me decepcioné profundamente cuando vi el programa y no existía nada dedicado al diseño de productos digitales, nada que invitara al menos a reflexionar sobre la necesidad de empezar a formar esos nuevos profesionales que sepan enfrentarse a la avalancha de oportunidades que han surgido en los últimos años en Cuba desde el punto de vista de las tecnologías de información.

Y no se trata de quitar importancia a las otras especialidades dentro del diseño, ni de pensar que en ellas no se innova cada día, muchos amigos se encargan de demostrar actualmente que todo puede renovarse, pero lamentablemente pocos de ellos han conseguido esa renovación dentro de la isla.

Tomado de Global Design Survey 2019 de Dribbble


Se trata de un nuevo perfil profesional (aclaro que en Cuba porque en el resto del mundo existe hace décadas), se trata de actualizar las famosas esferas de actuación que nos enseñaban desde el primer año de la carrera. Se trata de salir de la burbuja y del automatismo de la misma metodología para todas las especialidades, porque están formando profesionales que ni siquiera entienden qué están haciendo y solo lo aprenden por repetición y luego ni siquiera los utilizan en su vida profesional. En el mundo hay mucha riqueza de métodos y herramientas y enfoques para cada perfil profesional que tienen basamentos lógicos, que realmente arrojan resultados y en los que no hay que inventarse una validación, no hay necesidad de quedarse atrapados en la burbuja.

Es cierto que no a todos les interesa el diseño de experiencia de usuario ni el diseño de interfaces gráficas, algunos incluso lo odian porque no lo entienden, pero también llegan a odiarlo porque no se lo saben enseñar, porque los primeros que tienen que estar preparados son los docentes, los cuales incluso evitan enfrentarse a esta asignatura porque realmente no tienen conocimientos para afrontarla.

¿Hasta cuándo el diseño en Cuba estará atrasado en la esfera digital? Por favor, dejen ya de producir multimedia flash. Dejen de hacer postgrados y teorías de innovación y háganlo realmente en la práctica. Da vergüenza los sitios web de los noventa que tienen prestigiosas empresas cubanas.

Sitio web del ISDI.


Yo cada día me pregunto, ¿hasta cuándo los cubanos se van a conformar con páginas desastrosas como Revolico? (Bueno no cada día pero sí a veces).

Y está clarísimo: hasta que haya mejores ofertas que realmente sean eficientes, usables y que brinden la mejor experiencia posible, y eso solo lo pueden conseguir los diseñadores de experiencia de usuario, y en este momento hay muy pocos especímenes de ese tipo en el país. Y me refiero a los que realmente lo son porque se han quemado los ojos investigando, no a los que dicen que hacen páginas web y luego se aparecen con una copia exacta de una plantilla.

Pero también tengo que reconocer que hay unos cuantos que sí se han interesado y que sí están haciendo, algunos que incluso ya tienen sus productos y están probando y están dando importancia al diseño de interacción y que están pensando en las personas más allá de puros datos demográficos de los que luego no se puede sacar ningún requisito. Y que están pensando en soluciones reales e innovadoras a problemas cotidianos. Son pocos pero hay que reconocer que hacerlo a base de pura investigación y aprendizaje autodidacta tiene mucho mérito.

Basta ya de temerle a esta especialidad y de quedarnos solo con lo aprendido en el ISDi, los que sientan un poco de curiosidad, busquen información y se darán cuenta de que si las mayores empresas de tecnología del mundo tienen cientos de diseñadores de experiencia de usuario no es por gusto, es porque marca la diferencia en la relación de las personas con los productos.

Se supone que el diseño es una carrera de innovación que muchas veces incluso le mete prisa a la tecnología, entonces hagamos honor a esa suposición y pongámonos a tono con el mundo.

Esto ha sido un poco caótico, montón de ideas atragantadas que han salido de golpe pero que espero sirvan para reflexionar un poco al respecto, tanto a los estudiantes que están hoy en las aulas del ISDi, como a los que ya están en el camino de UX. Mi consejo a los estudiantes: si les gusta este perfil estudien por su cuenta, porque allí no van a aprender ni un 5% de lo que realmente es. Mi consejo al ISDi: comiencen a darle importancia a este perfil profesional que debieron incluir hace muchos años. Mi consejo para los que aman esta profesión: aprovechen el acceso a la información, investiguen, escuchen, observen a los usuarios, porque nunca van a saber si funciona un producto hasta que realmente nadie tiene que preguntar cómo se usa (y créanme es difícil).

Bien, muchas gracias a los que leyeron hasta el final, que deben ser como 5 que les interesa UX y otros 5 amigos que me tienen cariño, así que a esas 10 personas les pido que si tienen algún comentario o criterio al respecto por favor compártanlo, no hay nada mejor que criticar una crítica para formar debate y el debate es desarrollo!

Consulta el artículo original en Medium.com >>

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