Ya desde la Rue de Fer (Calle de Hierro), en Delémont, pueden notarse los finos destellos de las piezas titilando delicadamente a través de la vitrina, bajo la claridad de las tres de la tarde (fue uno de los pocos días soleados que hubo en Suiza en este final de primavera e inicio de verano). Las joyas de Noémie Gogniat, hechas de finísimos hilos de plata, retorcidos y soldados como un delicado bordado, reposan sobre los mostradores como flores exóticas o como pájaros pintorescos de la jungla, que ignoran su propia rareza tanto como la fascinación que despiertan.

Porque Diseñadores cubanos por el mundo también es contar historias de nuestras convergencias y hallazgos alrededor del mundo, les comento sobre mi encuentro con la artista Noémie Gogniat, durante su exposición «La Colombie en filigranes» (Colombia en filigranas), que tuvo lugar recientemente en mi ciudad.

Tejer con metal

La técnica de la filigrana de plata da ligereza y delicadeza al metal. Este arte complejo de gran valor estético, le confiere tanto valor a los espacios ocupados como a los espacios vacíos, y produce joyas con diseños lineales y aéreos que tienen siempre un aspecto delicado. La exposición «La Colombie en filigranes», que estuvo abierta de mediados de abril a fines de mayo pasado, se presentó como el fruto de la estadía de la artista Noémie Gogniat en ese país sudamericano. 

Un encuentro inesperado

Originaria de un pueblecito de las montañas de la región del Jura, al norte de Suiza, un buen día Noémie Gogniat decidió cambiar de aires y se fue de viaje durante tres meses a Colombia. Al doblar de la esquina de una callejuela de Cartagena de Indias, se produjo un encuentro que cambiaría su destino: el encuentro con el arte ancestral de la filigrana. Decidió quedarse todo un mes para profundizar en las sutilezas de la técnica. Gracias a una beca de perfeccionamiento, regresaría una vez más, para durante seis meses depurar sus habilidades en la pequeña ciudad de Mompox, al norte del país. Más tarde, tras tomar la decisión de dedicarse por completo a la joyería y a desarrollar sus propias creaciones, Noémie Gogniat crearía su propia marca, Noée, surgida en 2019.

Esta muestra se presenta como un viaje a lo infinitamente pequeño, al corazón mismo de la filigrana. Se descubre la evolución de la obra de la artista, a través de una selección de joyas, así como fragmentos documentales de su inmersión en el trabajo de un maestro filigranero colombiano. Durante la exposición, Noémie Gogniat instaló su taller en la galería, así que los visitantes tuvimos la oportunidad de intercambiar con ella y apreciar directamente su técnica minuciosa. 

Entre joyería contemporánea y arte ancestral

Conversando con la artista, uno puede darse cuenta de que su estadía le sirvió no sólo para aprender la técnica, sino también para absorber la influencia cultural de la región -Noémie menciona el calor, la cordialidad de las personas, los frutos maduros, la vegetación exuberante del Caribe-. Así, en sus piezas se destacan dos vertientes: las hay que por la sobriedad de sus contornos y de su estructura y por su carácter abstracto, tienen más de joyas contemporáneas que de artesanía popular, y las que guardan una evidente conexión con el contexto que les dio surgimiento.

Y es que, desde la época prehispánica, las joyas latinoamericanas guardan una profunda función espiritual y ceremonial. En ellas, el valor identitario trasciende el valor estético. Su carga simbólica hace que tengan un contenido más figurativo, con la integración de motivos antropomorfos, zoomorfos y vegetales. De hecho, la foto promocional de la exposición refleja esta dualidad: unos aretes de aspecto minimalista posan sobre un par de mangos maduros.

Una apuesta por la autenticidad

Noée no es sólo una marca de joyas, es una apuesta por la autenticidad y la belleza multicultural. Es una invitación, en este mundo cada vez más veloz, más industrializado, más centrado en la tecnología y en la optimización de las producciones en serie, a valorar el tiempo, los procesos, el esfuerzo del trabajo manual, los legados culturales y la destreza de los maestros.

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