Si tradicionalmente las joyas eran una mera señal de riqueza, y una inversión que actuaría como respaldo en tiempos difíciles, con la llegada de la época contemporánea éstas se convirtieron en pretexto y vehículo para reivindicar, con total libertad, una expresión sumamente individual, tanto la del creador como la del comprador; un soporte para comunicar ideas y emociones; una muestra conspicua de gusto artístico, con auténtico valor espiritual, estético y cultural, sin abandonar, por supuesto, su función de adornos corporales.
El artista creador de joyas contemporáneas manifiesta en su obra valores, formas de observar y entender la vida. Crea comunicación, deja huellas, se plantea y plantea preguntas sobre el sentido de la existencia. Se esconden cosas muy profundas detrás de cada pieza.
La extraordinaria historia de Yohan Rodrigani
Hoy hablaremos de la extraordinaria historia del exitoso creador de joyas cubanoamericano Yohan Rodrigani, y de su marca homónima de joyería exclusiva de lujo. La creatividad, la estética, la expresión conceptual y la innovación de sus piezas confeccionadas en oro, plata, platino, piedras preciosas y semipreciosas y desde hace poco en piel (Rodrigani anunció a principios de año su incursión en el cuero, en colaboración con maestros artesanos españoles), son producto de una sólida filosofía donde se abrazan «un espíritu audaz e implacable y un compromiso inquebrantable con la excelencia».
Yohan Rodrigani llegó a Estados Unidos, por mar, a la edad de 2 años. No pudo ser pelotero, ni músico, como soñaba de niño, pero hoy es el diseñador personal de varias estrellas del deporte y diseña joyas para cantantes famosos. Encima, tiene la suerte de trabajar con los artistas que siempre admiró. Aunque su obra, de intenso carácter y carisma, tiene una proyección internacional, vive orgulloso de ser cubano. Pero dejemos que él mismo les cuente todas estas cosas que lo caracterizan, en esta interesantísima entrevista exclusiva, por la cual le agradecemos una vez más.
Cuéntanos sobre tu trayectoria de vida y profesional
Nací el 3 de octubre de 1989 en Cárdenas, Cuba. A la edad de 2 años, deserté de Cuba en un bote, junto con mis padres y hermanos. Llegamos a las costas del estrecho de la Florida el 6 de marzo de 1992. Desde temprana edad, tenía un don para las artes. Todo lo que implicaba creatividad y trabajo manual me atraía. No tuve la orientación o guía que algunos niños tenían para descubrir su verdadero talento o propósito, sin embargo, esa carencia en mi vida resultó en una bendición ya que me motivó a experimentar con muchas cosas, desde el deporte a la horticultura (a los 6 años, comencé a sembrar ají cachucha. Una vez que la planta creciera, mi papá me llevaba al mercado del pueblo a venderlas), luego el dibujo y finalmente, a la escritura musical.
Siempre estaba entusiasmado por aprender algo nuevo y aunque no fuese el mejor, me empeñaba en serlo. Antes de graduarme de la escuela secundaria, me enfoqué en la música y construí mi propio estudio de grabación con la propina que obtuve mientras trabajaba en el restaurante de mis padres. Me gustaba escribir, cantar y producir. Después de graduarme, me mudé a Miami para seguir una carrera en la música. Debido a las dificultades económicas de aquel momento (la recesión del 2008 al 2010), me vi obligado a abandonar mis estudios y trabajar a tiempo completo como asistente de valet. Ese fue un momento muy difícil para mí, pues comencé a ver que mis sueños se desvanecían. Sin embargo, la vida funciona de una manera muy interesante.
Mientras trabajaba como asistente de valet, noté un brazalete de lujo que llevaba un huésped del hotel y pregunté al respecto. Me decepcionó cuando descubrí el precio, ya que estaba mucho más allá de mis posibilidades: yo estaba trabajando por 5 dólares la hora. Pero, aunque inicialmente lo vi como un imposible, mi curiosidad y creatividad me impulsaron a indagar sobre el tema de la orfebrería, llevándome aún más al mundo del diseño. Empecé recreando el mismo brazalete que llevaba el huésped del hotel. Fue un reto que me puse, que después resultó en la admiración de muchos y en pedidos. Por un tiempo, me reservé que estaba haciendo brazaletes y les decía a mis amigos y compañeros de trabajo que eran hechos por una amiga de mi mamá. Desde ese punto de “error”, como suelo decir, porque no fue algo que imaginé ni planifiqué, comenzó mi carrera como diseñador. Supongo que el diseño me resultó natural. Hasta el día de hoy, todo lo que he logrado ha sido autodidacta.
¿Cuáles son las raíces cubanas de Yohan Rodrigani?
Aunque emigré a una edad muy temprana y he vivido la mayor parte de mi vida en los Estados Unidos, mi herencia cubana es parte de mi ADN, no sólo desde un punto de vista biológico, sino culturalmente hablando; está en mi acento, mi paladar, la música que escucho, el café que tomo todas las mañanas y más distintivamente, en mi pasión y hambre por el éxito. En todas partes del mundo, rara vez se encuentra un cubano que no tiene un apetito feroz.
Entonces fue un giro de los acontecimientos lo que te trajo al mundo del diseño.
A pesar de lo que mencioné anteriormente, el giro de los acontecimientos realmente equivale a mi filosofía del éxito. En la vida, cada uno tiene un candado de combinación y depende de uno mismo cuántas combinaciones está dispuesto a intentar. Yo he intentado muchas combinaciones y sigo intentando. Nunca me he limitado en qué puedo o no puedo aprender. El conocimiento es poder. Cuando era niño, soñaba con jugar béisbol, pero ciertos factores físicos me impedían hacer una carrera del béisbol, sin embargo, seguí explorando e intentando todo. Irónicamente, no terminé en el béisbol, pero hoy soy el diseñador personal de muchos atletas famosos, como los hermanos Mesa, hijos del gran Víctor Mesa.
¿Qué conceptos encierran tus obras? ¿Qué símbolos o motivos aparecen en ellas?
Mi trabajo se somete a un proceso similar al de un compositor cuyas letras pueden estar influenciadas por un evento o sentimiento actual o pasado, o al de un artista visual que encuentra inspiración en su entorno. Me inspiro por lo que atrae y estimula mis sentidos, por lo que veo, oigo, siento y pruebo. Me fascina la arquitectura moderna, los bordes afilados, las figuras geométricas y, al mismo tiempo, aprecio los estilos renacentista, barroco y neoclásico. Cuando diseño, traigo estos mundos a la mesa y simplemente me dejo llevar. El primer brazalete que diseñé bajo mi marca, Yohan Rodrigani, fue inspirado por el cilindro de Ciro, una pieza que dio a conocer la primera historia de los derechos humanos. Cuando diseñé ese brazalete, en 2015, se estaba discutiendo varios temas de derechos humanos. Todos mis diseños llevan el motivo de mi marca registrada, que es el emparejamiento de mis iniciales.
El Cilindro de Ciro es una pieza de arcilla que contiene una declaración de carácter humanista del rey persa Ciro el Grande (600 o 576 a.C. – 530 a. C). Se le ha llegado a llamar la primera declaración de los derechos humanos. Se encuentra actualmente en el British Museum. Foto © Mike Peel.
¿Tus raíces cubanas determinan en alguna medida alguna influencia o enfoque diferente en tu trabajo?
No busco inspiración intencionalmente en mi cultura o herencia cubana, pero sí creo que reflejo el sentimiento y la identidad cubana como un ser humano creativo, apasionado y decidido. Me enorgullece ser un inmigrante cubano que avanza en suelo extranjero.
Así, el año pasado, colaboré con el muralista cubano Rigo León, traduciendo algunos de los elementos encontrados en sus murales en joyas. Uno de esos elementos es la llave que se encuentra en el escudo de Cuba. Tomé su famoso corazón anatómico y la llave y lo convertí en colgantes de plata esterlina. Este diseño se tituló La pasión es clave, rindiendo homenaje a nuestra identidad como inmigrantes cubanos. Este set se ha convertido en uno de los favoritos entre muchas figuras públicas, especialmente el cantante de Gente de Zona, Randy Malcolm.
Set La pasión es clave (Passion is key).
En tu opinión, ¿cuáles han sido los factores determinantes del éxito y la notoriedad de la marca Yohan Rodrigani?
Creo que se trata de dos principios: perseverancia y excelencia. Detrás de la marca Yohan Rodrigani, hay un hombre que cree en su equipo, motivándolos a ser la mejor versión de sí mismos y llevarlo a la mesa. Eso nos conduce hacia la excelencia. Yo y todos los que están conmigo se esfuerzan por la excelencia, desde el diseño, el prototipo, la artesanía, el packaging, el servicio al cliente etc. En cada departamento, en cada proceso, la excelencia es el objetivo.
Patrimonio y modernidad, dos conceptos contenidos en la filosofía de tu marca. ¿Cómo se articulan estos dos elementos en tu trabajo?
Realmente valoro la evolución de lo que la humanidad hizo antes que yo. Hace años, casi todo estaba hecho a mano. Ese es un regalo, un arte, que no podemos ignorar ni devaluar. Por lo tanto, nuestra marca es una continuación de ese arte, manteniendo el toque humano tanto como sea posible. Sin embargo, no podemos ignorar el valor que posee la tecnología, la precisión y perfección que es posible lograr. Por eso, nuestra marca está anclada en dos valores distintos pero que trabajan mano a mano y son importantes, el patrimonio y la modernidad. Adoptamos la creatividad y la innovación, aprendiendo del pasado, el presente y lo que se espera en el futuro.
¿Nos puedes mencionar alguna pieza por la que sientas un apego u orgullo especial?
A decir verdad, hasta ahora he disfrutado el proceso de creación de cada pieza, sea en mi tienda virtual o personalizada. Cada pieza que he hecho me brindó la oportunidad de ganar una nueva habilidad o conocimiento como diseñador. Nunca he recibido entrenamiento o educación formal en diseño. Todo ha sido autodidacta. Mientras el mundo dormía, salía a cenar o bailaba en una fiesta, yo pasaba horas y horas leyendo, aprendiendo, dibujando, asistiendo a las ferias comerciales y viendo videos sobre diseño CAD. Durante el día, visitaba a los joyeros maestros, que hoy tengo la suerte de tener en mi equipo, haciéndoles preguntas como si fuera un periodista. Por lo tanto, decir que hay una pieza que amo más sería deshonesto. Amo cada una porque cada una allanó el camino de donde estoy hoy.
¿A qué otros artistas admiras?
Para empezar, los padrinos, Emilio y Gloria Estefan. Aunque no forman parte del grupo de diseñadores o artistas de lujo que yo sigo, personifican la excelencia en otros ámbitos y por eso los incluyo en esta lista. Además de ellos, admiro el trabajo del diseñador cubano, Oscar López, también conocido como Ozcar G. Él es un líder en alta costura, el perfecto sinónimo del glamour.
Cuando se trata de marcas de lujo, muchos nombres vienen a la mente, desde los difuntos Yves Saint Laurent y Karl Lagerfeld. Muchos grandes diseñadores han allanado el camino para los recién llegados como yo. Un extraordinario es el director artístico de Louis Vuitton, Virgil Abloh, a quien considero un pionero en la moda callejera de lujo. Además, el diseñador de moda alemán, Philipp Plein, a quien admiro por su espíritu audaz e implacable. Nadie ofrece un mejor espectáculo de moda que Plein. Con Abloh y Plein tengo varios proyectos en mente que espero llevar a cabo en el futuro cercano.
The bullet heart, fruto de la colaboración entre el diseñador Yohan Rodrigani y el artista Charles Edward Soto.
¿En qué proyectos trabajas actualmente o cuáles son tus proyectos para el futuro próximo?
Desde 2010 a 2015, me concentré en desarrollar mis habilidades como diseñador, aprendiendo todo lo que pude por mi cuenta y asumiendo trabajos personalizados, lo que me ayudó a crearme un nombre. En 2016, lancé oficialmente mi marca. Desde 2016 hasta la actualidad, mi marca se ha centrado en las joyas, principalmente en diseños de ediciones limitadas, además, ofreciendo servicios bespoke para celebridades famosas. En el 2019, con la colaboración de mi esposa, Onix, decidimos expandirnos al mercado de artículos de piel.
Lee sobre lo que la marca Yohan Rodrigani está preparando actualmente en España en este artículo en El Digital de Asturias: Yohan Rodrigani anuncia su expansión al mercado español con un nuevo catálogo de artículos de piel
¿Qué significa para ti ser diseñador de origen cubano?
Para mí, significa orgullo. Estoy orgulloso de haber nacido en Cuba y de darlo a conocer al mundo. Donde quiera que voy, me siento orgulloso como cubano, al igual como estadounidense porque gracias a Estados Unidos, estoy donde estoy hoy. Me siento afortunado de haber migrado a un país de innumerables oportunidades y haber aprovechado al máximo esas oportunidades.
Si mis padres decidieron que nos fuéramos de Cuba, fue para ser más grande de lo que hubiera sido posible allí. Considero que es mi responsabilidad tomar la batuta y seguir corriendo más fuerte y más lejos. Ese es el espíritu cubano: trabajar duro e incansable y tener determinación y pasión.
Yohan Rodrigani.